¡Es usted entrando en el refugio del Oso de las Cavernas! Hace más de 10.000 años, este gigante de más de 300 kilos y de cerca de 4 m de estatura escogió esta cueva como domicilio. Algunas paredes de esta sala conservan aún las huellas de su estancia.

Los rebordes sinuosos de estas pozas, en las que las columnas se reflejan hasta el infinito, evocan la forma de serpientes huyendo a favor de la corriente.

Plantadas como dos centinelas, estas Damiselas acogen al visitante y le invitan a entrar en la sala del Lago Verde cuyo acceso vigilan con gran celo.

Testimonio perfecto de la pureza del medio subterráneo, este lago de aguas límpida nos invitaría a bañarnos ¡si el agua no estuviera a 8°!

Cruce la puerta de entrada de la Cueva de Limousis y penetre en otro mundo, un mundo de magia y de misterio, de tranquilidad y de belleza.

Tesoro de la Cueva de Limousis, la Lámpara de Aragonita.

Al pasar sobre los puentes colgantes de la sala del Gran Lago, la visita de este mundo subterráneo toma un aire de aventura.

¿Le apetecería iniciar unos pasos de baile en recuerdo de nuestros antepasados que venían aquí para sus celebraciones?

Appréciez en famille la richesse cristalline du monde souterrain.

Terraza a la sombra, tienda en recepción, bar, sendero geológico. Aquí, todo ha sido pensando para que usted pueda hacer una pausa agradable durante su recorrido por las tierras cataras.

¡Visitar Limousis es viajar en el tiempo! Del oso de la cavernas al hombre prehistórico, y hasta los comosarios ambulantes del rey, esta cueva ha servido en todo momento de refugio para los hombres de los alrededores.

¡5 salas, 2 lagos, cientos de formaciones! Una lámpara de aragonesa conocida en el mundo entero y todo ello en más de 1 km del recorrido. Bienvenidos a Limousis, la cueva acondicionada más grande de la tierras cátaras.